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Según la real Academia de la Lengua y literatura, mentalismo es la "teoría filosófica que no tiene en cuenta las experiencias objetivas y trata de resolver los problemas exclusivamente mediante procesos naturales", pero es también una controvertida rama del ilusionismo.El mentalismo es un arte de ejecución antiguo en el cual el practicante utiliza la agilidad mental, principios de la magia escénica o sugestión para hacer una ilusión de lectura mental, psicoquinesis, precognición, clarividencia o control mental. Una de las ejecuciones de mentalismo más antiguas de las cuales se tiene registro fue realizada por el mago Girolamo Scotto en 1572.El mentalismo es generalmente considerado como una rama del ilusionismo pero algunos mentalistas, como Anthony Blake o Bob Cassidy aseguran que el mentalismo como arte escénico es un arte independiente y diferente de la magia o el ilusionismo.Si nos atenemos a las teorías de Charles Sanders Peirce, fundador de la semiótica moderna, respecto al razonamiento abductivo, el cual complementa a los métodos hipotético deductivo e hipotético inductivo, el mentalismo, trascendiendo el campo de las artes escénicas, consistiría en llevar el método abductivo hasta sus últimas consecuencias a la hora de enfrentarnos ante cualquier situación de la realidad, entendiendo esta como un conjunto de causas interconectadas entre sí por hilos que pese a ser invisibles existen.Así, el mentalista a partir de intensas observaciones, procesadas a través del razonamiento abductivo (que otorga gran importancia al instinto y la imaginación), es capaz de desenmarañar hasta cierto punto el ovillo de la realidad más allá del precepto cartesianista de la evidencia. El ilusionismo no intenta evitar la precipitación en el análisis pues presupone que las hipótesis insólitas, como explicaron Jacques Bergier y Louis Pauwels en "El retorno de los brujos", precisamente por ir más allá de lo comúnmente aceptado tienen la cualidad de iluminar aspectos de la realidad que de otra forma pasarían desapercibidos como para los ojos de cualquiera pasan desapercibidos los fenómenos que operan en el mundo mesoscópico, donde rigen las misteriosas leyes de la física cuántica.